RECORDANDO A DOS HÉROES: MI TIO CARLOS (FUSILADO EN 1939 POR LA DICTADURA FRANQUISTA), Y MI PRIMO PEDRO (DESAPARECIDO EN ARGENTINA EN 1977)...CASI EN EL MISMO DÍA.
Hoy, 5 de Septiembre de 2013, se cumplen 74 años del asesinato por parte de las fuerzas fascistas de la Dictadura Fascista de Franco, de mi tio, Vicente Carlos Castejón Martínez, impresor, natural de Arganda, casado con mi tia Pilar Delgado Álvarez, quien siguió a mi tio 16 meses después, rota por su pérdida de la que nunca se repuso.
También, casualidades de la historia, es aproximadamente la misma fecha, pero en 1977, en que mi primo Pedro Delgado (descendiente de mi bisabuelo Manuel Delgado Castilla, abuelo de mi abuela María Delgado) miembro de la Rama Argentina de la familia de mi madre, quienes viven en la bella ciudad de Rosario, fue hecho desaparecer por las fuerzas represoras de la Dictadura de la Junta Militar Argentina, que oprimió a esa bella nación durante años. Y no desapareció él sólo: con mi primo Pedro (Peter, en familia) también desapareció su esposa, quien estaba embarazada.
Ni de él, ni de su esposa, ni del bebé se ha vuelto a saber nada. Seguramente, fue uno de tantos bebés que robó la Dictadura argentina a sus padres, siguiendo el ejemplo de lo que hizo la Dictadura Española desde el fin de la Guerra Civil Española hasta la década de los 90 del siglo XX, y que aún no se ha siquiera empezado a aclarar. Claro, que la Iglesia Católica tuvo mucho que ver en el tema.
Y tuvo esa iglesia mucho que ver en ese tema...y en el de la desaparición de mi primo Peter: SU HERMANO, el actual Arzobispo de San Juan de Cuyo, Alfonso Delgado Ebbers, ante la desaparición de SU HERMANO por parte de las fuerzas del Régimen Fascista Argentino, decidió que le era más importante SU CARRERA ECLESIÁSTICA que LA VIDA DE SU HERMANO, SU CUÑADA Y SU SOBRIN@, y no intercedió ante el la Dictadura Argentina ni siquiera para que devolvieran a la familia sus cuerpos para darles, al menos, sepultura y poder ponerles unas flores y rezarles ante el lugar de su Eterno Descanso.
Una persona que no ama a su hermano de sangre, paridos los dos por la misma madre...¿Cómo puede decir que ama a su prójimo, a quien no conoce?
Sin más, introduzco aquí el artículo que escribí en 2010 recordando en esa fecha a mi tio Carlos, porque es una manera de mantener viva su memoria. Su memoria...y la de mi primo Peter. Y esperemos que, ya que los cristianos creen en el Infierno, mi primoAlfonso, el Arzobispo que negó a su hermano como Pedro a Cristo, sufra todas las penas de ese infierno que ellos creen que existe.
Me asomo a la terraza, para ver el día que hace, y me encuentro un día espléndido: una media de 18 grados, un sol esplendoroso, un cielo absolutamente azul. Es uno de esos días típicos de la Primavera madrileña. El cielo de Madrid es de un color azul muy especial, que ha sido loado por multitud de pintores de todas las épocas, y sigue siendo así, a pesar del crecimiento de la ciudad, de la polución atmosférica…Después de un invierno que ha sido larguísimo, duro, inclemente, con nieves, fríos, lluvias, desbordamientos de ríos, uno de los peores en décadas en Madrid, que parecía que no iba a acabar jamás, la Primavera ha llegado con toda su fuerza. El día invita a salir a la calle, y eso hago, tal y como tenía previsto. Se empiezan a ver las primeras camisetas de manga corta, los primeros pantalones de entretiempo, las primeras minifaldas, los primeros escotes, la gente en la calle parece más feliz y sonriente. Pero hoy es un día especial, y estoy algo nervioso.
Salgo a la calle, con una mochilita donde, dentro, he guardado mi Bandera Tricolor, un boli y un bloc de notas, por si fuera necesario apuntar alguna cosa. Porque hoy es el Día del Homenaje a las Víctimas del Franquismo, de quienes fueron fusilados, al finalizar la Guerra Civil, en las tapias del Cementerio del Este, o de La Almudena como lo rebautizaron los franquistas, y yo siento que debo ir allí ese día. Voy solo, pero no me siento solo: mi tío Carlos (uno de esos fusilados), siento que va a mi lado, acompañándome en el Metro, en el Autobús...
Mi tío Carlos, para mí, hasta hace pocas semanas, era un absoluto desconocido. Ni siquiera sabía que yo había tenido un tío con ese nombre. Pero, al recopilar la Historia Familiar, descubro a mi tía Pilar (hermana de mi padre) y a mi tío Carlos (su marido), y descubro los trágicos motivos que llevaron a que mi padre no me hablara nunca de ninguno de los dos: tan dolorosa fue la pérdida que, hablar de uno era hablar de la otra, y fueron ambos unos hechos tan trágicos y dolorosos para la familia, que creo que la herida nunca se cerró; y que como ambas muertes tienen TODO que ver con la Represión Franquista acabada la Guerra, para evitarnos problemas legales y discriminaciones, a sus hijos mis padres nos mantuvieron en la ignorancia de ellos. Porque mi padre fue uno de esos jovencitos que lucharon en Madrid en Defensa de la República y que, acabada la Guerra, tuvo que pasar con frecuencia regular (no recuerdo si cada quince días, o cada semana), por la Comisaría de Policía más cercana para que el Régimen le pudiera tener controlado, y teniendo que motivar siempre sus desplazamientos por España si se tenía que desplazar por motivos de trabajo.
Pero ahora, estudiando e investigando, he descubierto a ambos, las circunstancias de sus muertes y, como demócrata, republicano y Radical-Socialista, me siento orgulloso de ellos. Pero bueno, sigamos que me enrollo.
También, casualidades de la historia, es aproximadamente la misma fecha, pero en 1977, en que mi primo Pedro Delgado (descendiente de mi bisabuelo Manuel Delgado Castilla, abuelo de mi abuela María Delgado) miembro de la Rama Argentina de la familia de mi madre, quienes viven en la bella ciudad de Rosario, fue hecho desaparecer por las fuerzas represoras de la Dictadura de la Junta Militar Argentina, que oprimió a esa bella nación durante años. Y no desapareció él sólo: con mi primo Pedro (Peter, en familia) también desapareció su esposa, quien estaba embarazada.
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Pedro Pablo Delgado Ebbers, desaparecido por la Dictadura Argentina en 1977 junto con su esposa Graciela y un bebé que también desapareció. |
Y tuvo esa iglesia mucho que ver en ese tema...y en el de la desaparición de mi primo Peter: SU HERMANO, el actual Arzobispo de San Juan de Cuyo, Alfonso Delgado Ebbers, ante la desaparición de SU HERMANO por parte de las fuerzas del Régimen Fascista Argentino, decidió que le era más importante SU CARRERA ECLESIÁSTICA que LA VIDA DE SU HERMANO, SU CUÑADA Y SU SOBRIN@, y no intercedió ante el la Dictadura Argentina ni siquiera para que devolvieran a la familia sus cuerpos para darles, al menos, sepultura y poder ponerles unas flores y rezarles ante el lugar de su Eterno Descanso.
Una persona que no ama a su hermano de sangre, paridos los dos por la misma madre...¿Cómo puede decir que ama a su prójimo, a quien no conoce?
Sin más, introduzco aquí el artículo que escribí en 2010 recordando en esa fecha a mi tio Carlos, porque es una manera de mantener viva su memoria. Su memoria...y la de mi primo Peter. Y esperemos que, ya que los cristianos creen en el Infierno, mi primoAlfonso, el Arzobispo que negó a su hermano como Pedro a Cristo, sufra todas las penas de ese infierno que ellos creen que existe.
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Sábado 10 de Abril de 2010: Hoy es un día estupendo, pues libro y
me puedo levantar algo más tarde de lo acostumbrado, sobre las 08.00 horas de
la mañana. Pedro, mi pareja, duerme a mi lado, como todos los días desde aquel
Diciembre de 1992 en que nos conocimos en COGAM. Acaricio su cabeza rubia, le
doy un besito, y me voy a la ducha. Una vez duchado, me visto y desayuno.
Me asomo a la terraza, para ver el día que hace, y me encuentro un día espléndido: una media de 18 grados, un sol esplendoroso, un cielo absolutamente azul. Es uno de esos días típicos de la Primavera madrileña. El cielo de Madrid es de un color azul muy especial, que ha sido loado por multitud de pintores de todas las épocas, y sigue siendo así, a pesar del crecimiento de la ciudad, de la polución atmosférica…Después de un invierno que ha sido larguísimo, duro, inclemente, con nieves, fríos, lluvias, desbordamientos de ríos, uno de los peores en décadas en Madrid, que parecía que no iba a acabar jamás, la Primavera ha llegado con toda su fuerza. El día invita a salir a la calle, y eso hago, tal y como tenía previsto. Se empiezan a ver las primeras camisetas de manga corta, los primeros pantalones de entretiempo, las primeras minifaldas, los primeros escotes, la gente en la calle parece más feliz y sonriente. Pero hoy es un día especial, y estoy algo nervioso.
Salgo a la calle, con una mochilita donde, dentro, he guardado mi Bandera Tricolor, un boli y un bloc de notas, por si fuera necesario apuntar alguna cosa. Porque hoy es el Día del Homenaje a las Víctimas del Franquismo, de quienes fueron fusilados, al finalizar la Guerra Civil, en las tapias del Cementerio del Este, o de La Almudena como lo rebautizaron los franquistas, y yo siento que debo ir allí ese día. Voy solo, pero no me siento solo: mi tío Carlos (uno de esos fusilados), siento que va a mi lado, acompañándome en el Metro, en el Autobús...
Mi tío Carlos, para mí, hasta hace pocas semanas, era un absoluto desconocido. Ni siquiera sabía que yo había tenido un tío con ese nombre. Pero, al recopilar la Historia Familiar, descubro a mi tía Pilar (hermana de mi padre) y a mi tío Carlos (su marido), y descubro los trágicos motivos que llevaron a que mi padre no me hablara nunca de ninguno de los dos: tan dolorosa fue la pérdida que, hablar de uno era hablar de la otra, y fueron ambos unos hechos tan trágicos y dolorosos para la familia, que creo que la herida nunca se cerró; y que como ambas muertes tienen TODO que ver con la Represión Franquista acabada la Guerra, para evitarnos problemas legales y discriminaciones, a sus hijos mis padres nos mantuvieron en la ignorancia de ellos. Porque mi padre fue uno de esos jovencitos que lucharon en Madrid en Defensa de la República y que, acabada la Guerra, tuvo que pasar con frecuencia regular (no recuerdo si cada quince días, o cada semana), por la Comisaría de Policía más cercana para que el Régimen le pudiera tener controlado, y teniendo que motivar siempre sus desplazamientos por España si se tenía que desplazar por motivos de trabajo.
Pero ahora, estudiando e investigando, he descubierto a ambos, las circunstancias de sus muertes y, como demócrata, republicano y Radical-Socialista, me siento orgulloso de ellos. Pero bueno, sigamos que me enrollo.
Llego al Cementerio del Este, me bajo del bus y, en un puesto que se está
montando en ese instante, pregunto por el Muro de los Fusilados por el
Franquismo y las mujeres que lo están montando, muy amablemente, me lo indican.
Sigo sus indicaciones y, en un par de minutos, allí estoy. Veo a los
organizadores terminando de montar el acto, y que ya se han puesto las listas
de los fusilados en ese muro (3.000 personas, 3.000 víctimas, 3.000 Héroes de
la Libertad, al igual que otr@s tant@s en toda España) y muchas fotos de los
allí asesinados por las Hordas Falangistas. En esas listas, veo el nombre de mi
tío Carlos.
Vicente Carlos Castejón Martínez,
natural de Arganda del Rey (Madrid), nació el 1 de Enero de 1914, hijo de Ignacio Castejón y de Teresa Martínez, cuya profesión era la de Impresor, posiblemente en el Diario monárquico ABC, y miembro desde 1933 de la UGT, con 19 añitos…Tenía al menos otro hermano, menor que él, y
cuyo encubrimiento por él de su condición de falangista sería causa de su
muerte a manos de los correligionarios de su hermano menor una vez acabada la
guerra.
A mediados de los años 30,
conoce, se enamora y se casa con mi tía Pilar,
Pilar Delgado Álvarez, hermana mayor
de mi padre, quien acabaría trágicamente con su vida 17 meses después del
asesinato del tío Carlos por las fuerzas falangistas.
Carlos,
a los 3-4 días de comenzar la guerra, se presentó como voluntario en “Avanti”, que era un centro social cercano
al Partido Comunista, ubicado en la calle de Luis Cabrera, esquina a Cartagena. Al cabo de otros 3-4 días, le
detuvieron porque tenía un hermano falangista al que no había denunciado;
después de maltratarle, y de amenazarle con matar a su hermano si no denunciaba
a alguien de derechas, le dejaron en libertad.
Después
de prepararle durante unas semanas en un cuartel del Paseo de Moret, le
enviaron al frente de Navalcarnero con el Comandante
Sabio, y le destinaron a hacer guardias en la puerta del Centro de
Detenciones e Interrogatorios de la calle Alonso de Heredia 9 esquina con la
calle Ardemans, como miembro de las Milicias
de Vigilancia de la Retaguardia (M.V.R.) de la Policía Gubernativa de la República...
Como
tenía pendiente la amenaza de detención de su hermano falangista, decidió
denunciar entonces a José Antonio de la
Jara García, Alférez de Infantería con destino en el cuarto Batallón de Sicilia
número ocho, que vivía en la calle López de Hoyos 147, (actual 145-147)
donde ahora se alza un moderno edificio de oficinas, miembro de Acción Católica de la (entonces) cercana Iglesia del
Pilar y de su centro juvenil…y
falangista, ahí es nada; y ya
conocemos la “tolerancia” típica de la Iglesia Católica y de la Falange en la
actualidad con todo lo que tiene que ver con el Avance, el Progreso, la
Profundización de la Democracia y la Libertad…pues imaginaos a ambos en la
España de 1930-1940…Ese gesto valiente, de encubrir a su hermano,
salvándole la vida, a la larga sería un importante factor en su condena a
muerte por los Rebeldes victoriosos.
Mi tio
Carlos conocía al tal Alférez porque figuraba
con su hermano Jesús, de 13 años en una foto. Una vez detenido, salió del
Centro de Detenciones e Interrogatorios el Alférez Falangista antes de las 24
horas.
El 29 de Julio de 1937, el diario “Mundo Obrero” le menciona, junto a
otro compañero, como un héroe que ha abatido a varios aviones rebeldes, y el Presidente del Gobierno (Juan Negrín),
y el Ministro de Defensa Nacional
(Indalecio Prieto), hacen mención expresa de tal acto heroico, se les asciende
a ambos a la categoría de Capitán de
Aviación, y se les hace entrega a cada uno de un reloj de oro y de 25.000
Pesetas de la época.
También
aparece mencionado, como miembro de las Federación
Ibérica de Juventudes Libertarias (FJIL) División “Luis Juvert”, en la 3ª Compañía “Lealtad” 2º Batallón de la 125
Brigada, del frente de Aragón, y en agosto de 1938 como miembro de las MVR
destinado en el Ejército.
Finalizada
la Guerra con la victoria de las fuerzas franquistas, Pilar y Carlos se
trasladaron a Valencia a recoger a los hermanos pequeños de mi tía Pilar y de
mi padre, José, (Palma y Paco, José quedaba en Madrid con la Abuela Edelmira),
que habían sido desplazados a Valencia desde Madrid junto con otros muchos niños,
para evitarles las consecuencias de la Guerra en primera línea del frente, como
fue Madrid durante toda la contienda.
Al poco
de su vuelta, el día 11 de Mayo, a las
11 h de la noche, Carlos es llevado detenido a las instalaciones del Puesto
de la Guardia Civil de Prosperidad, situado en la calle del Cardenal Silíceo,
denunciado por el tal José Antonio de la Jara, e ingresa en la Prisión de Conde de Toreno el 15 de Mayo de 1939,
sale al día siguiente para diligencias y recibir declaración, y es juzgado y condenado a la pena capital
por el Consejo de Guerra Permanente Nº 6 el 25 de Mayo de 1939. Desde allí,
Carlos fue luego trasladado a la cárcel
de Porlier, oficialmente Prisión
Provincial de Hombres número 1, saliendo
de allí para ser fusilado, el 5 de Septiembre de 1939.
Aunque
parezca mentira, el motivo principal de la Condena a muerte fue por “un
delito de adhesión a la rebelión, con la concurrencia de circunstancias
agravantes de la responsabilidad a la pena de MUERTE…” Él, que defendió
la Legalidad Constitucional de la República ante quienes se alzaron contra la
Constitución y las Leyes, ante los rebeldes…es condenado a muerte por ser fiel
a la Legalidad Constitucional, la Democracia y la Libertad. Y son los rebeldes
facciosos quienes le condenan a muerte…por rebelde...
La Cárcel de Conde de Toreno, estaba
situada por la calle Amaniel, en la
Plaza del Conde de Toreno 2, entre la actual Plaza de España y la calle de San
Bernardo, donde ahora se ubica un moderno edificio de viviendas con su propio
patio interior.
En la
cárcel de Conde de Toreno estaban presos quienes habían pertenecido al S.I.M., al S.I.E.P., al Servicio de
Información Periférica, a la Policía
(caso de mi tio Carlos, al ser miembro de las Milicias de Vigilancia de la Retaguardia de la Policía Gubernativa
de la República), o a unidades guerrilleras, y algunos presos ilustres fueron
Antonio Buero Vallejo y Miguel Hernández.
Recordemos que el tío Carlos, al ser miembro de un Cuerpo Policial como
fueron las Milicias de Vigilancia de la Retaguardia, en la Causa General
aparece catalogado como “Policía Rojo”…
Carlos fue asesinado el 5 de Septiembre de
1939 junto con otr@s 17 Héroes de la Libertad ese día en las tapias del
Cementerio del Este o de la Almudena. Más de 3000 personas fueron
fusiladas en esos muros…
Una persona progresista y comprometida con la Constitución Democrática de
la República, su Legalidad y Legitimidad Democrática, y no un traidor, un
cobarde ni un intolerante, ni un indiferente o egoísta. Me siento profundamente
orgulloso de él, de que, durante la Guerra Civil, formara parte de quienes
luchaban contra los espías fascistas, el terrorismo nazi, los traidores y los
antidemócratas, y defendiera, con todos los elementos a su alcance, la Libertad
y la Democracia, y que diera la vida por sus ideales.
Siempre he pensado que los muertos están muertos cuando los
olvidamos. Que, aunque una persona fallezca, en las condiciones que sean,
mientras les recordemos seguirán vivos. Mi tío Carlos, de quien ni siquiera
tenía hasta hace poco una foto, estuvo muerto muchas décadas, igual que mi tía
Pilar, pero ahora, gracias a la Historia Familiar que estoy haciendo, estoy
seguro que impulsado por tod@s ell@s, han vuelto a la vida y están con
nosotr@s, sus descendientes, cuidándonos y protegiéndonos, y se han juntado no
solamente a mis padres o mis tíos que yo conocía, si no a mis abuelos,
bisabuelos, tatarabuelos…que vuelven a hacerse presentes entre nosotr@s, sus
descendientes.
La historia familiar que investigo va a seguir adelante hasta lo último que
se pueda. Se lo debo a quienes me antecedieron, y a quienes nos siguen, para
sepamos tod@s de nuestros orígenes, y nos sintamos orgullosos de ellos. De que
no somos una familia rica ni importante, pero siempre hemos sido una familia de
gente honrada y decente, progresista, y que nunca se rindió ni siquiera en las
peores circunstancias imaginables.
Que recordemos que, aunque el Invierno sea largo, duro, frio, con
nieve, con lluvia, con viento, con todos los terrores imaginables y todas las
inclemencias meteorológicas posibles e imaginables, al final, el Invierno se
acaba, y llega la Primavera con su explosión de vida y color.
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